NO HAY AMOR EN EL MIEDO cuento por Daniel Alberto Leon Martinez


Necesito sentir que me amas.

El día de hoy había terminado, como cada vez lo hacia mas intenso, cada vez terminaba mas agotado. Hoy fue saliendo de trabajar, a veces lo hacia en las mañanas, pero siempre quería hacerle saber a mi esposa que me necesitaba, que yo estaba ahí y que yo era lo que le faltaba en su vida. Realmente el que la necesita soy yo, pero no se lo digo mucho, me pone un poco ansioso.

Teníamos recién año y medio de casados, y antes de casarnos ya habíamos sido novios por otro medio año. Algunos dicen que fue una decisión muy precipitada, y la verdad es que, si que lo fue, pero cuando íbamos en el quinto mes sabíamos que nos necesitábamos el uno al otro. Ella era un poco insegura, yo también, pero yo no lo demostraba, aunque me muriera por dentro, siempre he tenido miedo.

Cuando empezamos a vivir juntos después de nuestra boda empecé de a poco a soltar mi energía con ella, al principio solo eran pequeñas expresiones de mi rara forma de ver el amor. Pero a ella parecían gustarle. Tenia miedo de que no fuera así, pero ella se quedaba y, aunque no me lo decía, sabia que me lo pedía y quería más. 

De verdad la amo, pero hay algo que los dos sabemos, esta forma de vernos el uno al otro, que va en una dirección contraria al amor verdadero, nos terminara destruyendo, solo es cuestión de tiempo para que uno de los dos se canse y deje al otro, claro solo si el deseo y la incertidumbre lo permite.

Al principio lo hacia de apoco, esa fricción que generaba nuestros cuerpos me daba mucho miedo, aun no me soltaba totalmente, no es algo que te enseñen en la escuela, y a pesar de saber que conllevaba dolor para ella, sabia que era nuestro momento de más conexión. Cuando comenzamos nuestra obra dramatúrgica de pareja lo hacia una o dos veces al mes, poco a poco fui incrementando.
Llegue a dejar marcas, pero nada tan grave para que la gente se diera cuenta. Obviamente ninguno de los dos quería que los demás se percataran, ellos no entienden nuestra forma de vida.

Poco a poco fui haciéndolo más. Me espante la primera vez que vi sangre en el acto, pero la sangre causa un efecto curioso, tal como le pasa a los médicos, al verlo más seguido, se crea una costumbre y esta pierde su efecto shockeante.

De verdad me daba miedo que un dia ella se hartara y se fuera. Me da mucho miedo la soledad, pero se que a ella también, por eso se queda. Me resulta increíble como después de liberar toda mi energía en ella, ella aun me permite permanecer en su lado.

Pero si hay algo cierto es que no todo lo cargo yo, ella me empuja a hacerlo, yo siento que ella quiere que lo haga, hasta que juntos desaparezcamos.

Las ultimas semanas nos hemos excedido, las marcas cada vez se tardan mas en sanar, la gente se ha empezado a dar cuenta. Esta ultima semana lo he hecho diario. No estoy seguro de cuanto mas soportare yo, o cuanto mas pueda aguantar ella. 

El día de hoy ya era la segunda vez, pues en la mañana escuche que comentaba de nuestro secreto a alguien por teléfono, eso me dio ganas de hacerlo en el acto. Por la mañana fue rápido pero certero, tenia que ir al trabajo.

Toda la tarde pensé que ella me iba a evitar. Esta vez seguro no me iba a dejar entrar, de hecho, yo mismo en mi interior rogaba que no me dejara entrar. Quizá nos faltó tiempo, quizá los dos no sabíamos cómo era una unión en realidad.

¿Ella era la culpable?

 ¿Me seguía amando? ¿y yo a ella?

No lo sé, pero yo solo quería un poco de paz, estoy seguro de que ella también. Al final ella no es mas que mi reflejo. Nos mantenemos en esta espiral pero no se hasta cuando.

Al llegar a casa y estar frente a la puerta estaba muy nervioso, si ella no estaba seria la peor para mi pero lo mejor para ella. Definitivamente estoy en un lugar donde no quiero estar. Abri e hice notar mi presencia, paso un rato, pero al escuchar su voz me derrumbe. Una vez mas no quería estar ahí.
Puedo asegurar que ella tampoco, pero ninguno se iba, éramos tan condescendientes en el buen y en el mal sentido de la palabra. Tenia que persuadir la situación otra manera. Falto solo una pequeña chispa en esta bomba para detonar.

Comencé una vez más, solté un golpe tras otro y una vez más empecé a ver sangre en mis nudillos, golpeé hasta que la mano me dolía, quería parar, pero no pude hasta terminar, hasta que la forma se deformo, no debimos llegar a esto, este amor se transformó, es algo irreconocible, me he excedido en esta ocasión por mas fuerza que pongo en los golpes ya no hay reacción, no hay sonido ni movimiento de su parte, estoy asustado.



Termine hasta que el cansancio me venció, aun respira y de eso me percato al ver las burbujas de sangre en lo que queda de nariz. Ninguno de los dos debió llegar hasta aquí, prometo que ninguno lo imaginaba, fue nuestra culpa, de nuestros padres, de la sociedad, del entorno. pero ahora ya es muy tarde, las secuelas ya no sanaran, lo vivido no se olvidara, y lo peor es que si uno no se va quizá pueda continuar. 

 No tengo perdón pero uno no lo sabe, uno no se percata, si tan solo se pudiera diferenciar, si tan solo ella hubiera sabido que…

No hay amor en el miedo.

Comentarios